El viernes empecé (retomé) mis clases de francés. Empecé a estudiarlo por gusto, pero me daba cuenta de que cuanto más hablas en otra lengua, mejor vocalizo la mía. Desde siempre me ha costado mucho hablar con la gente, en gran parte porque soy tímida y también porque todo el mundo me decía '¿Cómo has dicho, perdona? ¿Puedes vocalizar más?' Tengo el trauma metido en la sesera y por más que lo proponga, no se me va. Y eso que ahora ya casi nadie me lo dice: le pongo especial atención a decir todas y cada una de las letras que componen las palabras. Lo malo es que a veces suena un poco retorcido y anti-natural decir 'alcohol' en vez de 'alcol' como lo hace todo el mundo, pero por lo menos así nadie me pide que vocalice más.
Otro de los traumas que mi mala dicción me causó fue la dichosa letra "r". Ufff qué difícil es de pronunciar la jodía. Cuando decía 'perro' me salía 'pedro' y cosas similares. Así que mi subsconsciente desarrolló su propio mecanismo de defensa, que consistió en utilizar todo un diccionario de sinónimos alternativos a todas las palabras que contuvieran la letrita de marras. Así que podéis imaginar lo pedante que podía resultar yo a las 10 años disiendo 'can' en lugar de 'perro'. No fue hasta 3º de carrera que alguien a quien tengo mucho que agradecer se sentó conmigo y me enseñó a decirla correctamente. A veces se me escapa, pero muy pocas. Gracias, Sandra.
He pensado dedicar los viernes a escribir el blog en francés. Ya que el número de visitas que recibo es ínfimo, tal y como me esperaba, los comentarios prácticamente nulos, y esto al fin y al cabo es donde escribo lo que me da la gana cuando me apetece y como mejor me plazca, está decidido. !A ver si lo cumplo!
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