La Ley de Murphy se cumplió a la perfección cuando hace 2 semanas tenía que entregar un trabajo hiper-urgente-de-la-muerte (como suele suceder, el cliente lo tiene ahí aparcado hasta que le salga de ahí mismo, mientras que servidora se ha pegado la paliza padre). Justo cuando tenía que tratar las imágenes, Photoshop cascó. Y lo hizo a lo grande, es decir, ni siquiera se abría. Una vez que cargaba todos los plug-ins, fuentes, etc. se cerraba. Como no tenía mucho tiempo para arreglos, tiré de The Gimp. Para pequeñas cosas está bien, como era este caso, pero para cosas más grandes se queda chico. Así hasta que hoy me he decidido a buscar la solución.
He desinstalado y vuelto a instalar, pero nada, seguía igual. La respuesta la he encontrado en los archivos de esta lista de correo. Era tema de las preferencias, aunque no recuerdo haber tocado nada de las mismas la última vez que lo utilicé, pero en fín. Si os véis en la misma situación que yo, simplemente es mantener pulsadas las teclas control, alt y mayúsculas y lanzar el Photoshop. Aparecerá un cuadro de diálogo preguntándonos si queremos borrar el archivo de preferencias, decimos que sí y voí-là!
[Actualización: por cierto, se me olvidaba, una cosa que me hizo mucha gracia, ésta gente me quería cobrar por decirme la solución que he conseguido de forma gratuita con poco esfuerzo. Anda que...]
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