Qué tendrán las medallas

Ayer me dijo Conectada (esto entra dentro de sus relaciones sociales) que hace mucho tiempo que no me dejaba ver por el blog, lo cual es totalmente cierto. Pero llevo una temporada muy intensa, más que de costumbre, pero tampoco tengo cosas relevantes para decir.

Hoy aprovechando que mañana tengo que madrugar, no se me ha ocurrido otra cosa que ir a ver Farenheit 11/9. Os la recomiendo. Cada uno es libre de pensar el porcentaje de veracidad y el porcentaje de manipulación que puede haber en la película, pero lo que parece claro es que cuando el río suena, agua lleva. Desde los medios de comunicación nos pueden manipular (no sólo pueden, sino que continuamente lo hacen) como y cuando quieren, y no hay nada que podamos hacer para evitarlo. Los que están ahí arriba manejando el cotarro siempre han actuado según sus intereses y lo van a seguir haciendo. Lo malo no es que haya sido Bush el que (según el documental/película de Moore) haya obrado sin ninguna ética y todo los adjetivos que se le quieran poner, sino que si hubiera sido otro, casi seguro habría obrado de la misma forma, salvo que en vez de beneficiar a una empresas, habrían sido otras las elegidas (aunque no hay que olvidar también aquellas empresas/personas que tienen la habilidad de caer bien a todos los bandos).

Y aquí en España tampoco nos quedamos atrás, aunque como no somos una potencia mundial, pues el radio de alcance de nuestros dirigentes es menor. Pero fijaros en el 11M, unos y otros intentaron sacar provecho de la situación. Y luego está el tema de las medallas. Algunos son más directos y se las autoconceden ellos mismos, y otros prefieren pagar a un tercero para que le hagan el trabajo sucio. Pero al final, el objetivo de ambos es el mismo: obtener un pedacito de mental con el que poder pasar a la posteridad. Y me rio yo de estos afanes de protagonismo. Basta hacer un simple cálculo entre el número de personas que hay en el mundo y el número de años que lleva el mundo de existencia para ver lo insignificante que es nuestra existencia.

En fin, Conectada, que yo creo que casi mejor que no me ponga a postear, sobre todo si se me va la vena reflexiva ... no vaya a ser que reflexione sobre lo nuestro y entonces a ver a qué conclusiones llego.




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