Mientras se siguen sucediendo los malos rollos y las tensiones, servidora de Uds. se ha apuntado a un gimnasio a ver si se quita esos malditos michelines que tantos años la han acompañado a todos lados. Por un lado me gusta porque:
- Estoy poniéndome en forma
- Estoy haciendo algo por mi salud
- Estoy bajando de peso
- Estoy liberando la mente de la esclavitud del ordenador-trabajo-estudio
- Estoy cumpliendo una promesa que me he hecho a mi misma un millón de veces.
- Me relaja (sí, a pesar de la agujetas,qué contradicción)
Pero por otro lado me siento culpable porque, al fin y al cabo:
- He sucumbido al imperio de la imagen.
- Estoy perdiendo un tiempo precioso para hacer otras cosas de más provecho para los demás(la bromista sabe de lo que hablo)
- Estoy pagando por algo que, si tuviera un poco de constancia, podría hacer gratis.
- Es una activdad intelectualmente nula
- Agujetas hasta en el carnet de identidad.
- Siento que es una forma de escapismo de la realidad y un apagafuegos contra la impotencia que me invade.
De momento no me arrepiento tanto como para abandonarlo, ya veremos cuando vuelvan los encargos de freelance, los exámenes y los trabajos de la universidad (aparte de lo que ya tengo).
0 comentarios:
Publicar un comentario